Valentin Guillon :

LAS FORMAS Y LAS CURVAS EN EL PUNTO DE MIRA

Valentin Guillon :

LAS FORMAS Y LAS CURVAS EN EL PUNTO DE MIRA

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En este nuevo encuentro junto a Peggy Frey, la Longchamp Family se cita con Valentin Guillon, un joven artista procedente de Mans que domina las formas y sus interminables desviaciones con absoluta perfección. Precisamente por eso, una colaboración entre Longchamp y una de las personas que mejor manejan el arte de las curvas parecía inevitable.

En este nuevo encuentro junto a Peggy Frey, la Longchamp Family se cita con Valentin Guillon, un joven artista procedente de Mans que domina las formas y sus interminables desviaciones con absoluta perfección. Precisamente por eso, una colaboración entre Longchamp y una de las personas que mejor manejan el arte de las curvas parecía inevitable.

Valentin Guillon, un artista con muy buen ojo.

Valentin Guillon, un artista con muy buen ojo.

Él es tranquilo y sereno por naturaleza; ella es alegre y persigue las alfombras rojas para destacar el talento que hay entre bastidores. Si Sophie Delafontaine, directora artística de la Maison, propuso a Peggy Frey que conociera a Valentin Guillon en su taller colectivo de Bobigny, es porque sabía que merecería la pena. A sus 30 años, el artista domina la geometría de las formas y las curvas a partir de materias primas. La madera es su material favorito.


A partir de este método, en su taller, diseña, pinta y hace emerger creaciones inspiradoras en las que se mezclan curvas y colores en un juego de movimiento natural y dinámico. Este universo artístico, de estilo refinado y contemporáneo, se combina con la noción de plano y espacio en el corazón de cada obra. Peggy Fey, por su parte, que podría dar unas lecciones de geometría euclidiana a Valentin Guillon y que dio una oportunidad al compás, de su tablón de madera podría haber nacido un caracol (ver vídeo). Sin duda alguna, está claro que el artista parisino tiene buen ojo.

Él es tranquilo y sereno por naturaleza; ella es alegre y persigue las alfombras rojas para destacar el talento que hay entre bastidores. Si Sophie Delafontaine, directora artística de la Maison, propuso a Peggy Frey que conociera a Valentin Guillon en su taller colectivo de Bobigny, es porque sabía que merecería la pena. A sus 30 años, el artista domina la geometría de las formas y las curvas a partir de materias primas. La madera es su material favorito.


A partir de este método, en su taller, diseña, pinta y hace emerger creaciones inspiradoras en las que se mezclan curvas y colores en un juego de movimiento natural y dinámico. Este universo artístico, de estilo refinado y contemporáneo, se combina con la noción de plano y espacio en el corazón de cada obra. Peggy Fey, por su parte, que podría dar unas lecciones de geometría euclidiana a Valentin Guillon y que dio una oportunidad al compás, de su tablón de madera podría haber nacido un caracol (ver vídeo). Sin duda alguna, está claro que el artista parisino tiene buen ojo.

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Aunque es un genio en lo suyo, Valentin Guillon debe su arte al deporte. Es un as en el patinaje de velocidad. Desde las largas líneas rectas hasta las curvas más retorcidas, ¿en qué se iba a inspirar si no el artista? De hecho, cualquier deporte alimenta su creatividad y las miles de formas que es capaz de crear: la portería, los circuitos de carreras de coches, el ring de boxeo... El deporte y el equipamiento deportivo ocupan un lugar importante en la mente del artista.

Aunque es un genio en lo suyo, Valentin Guillon debe su arte al deporte. Es un as en el patinaje de velocidad. Desde las largas líneas rectas hasta las curvas más retorcidas, ¿en qué se iba a inspirar si no el artista? De hecho, cualquier deporte alimenta su creatividad y las miles de formas que es capaz de crear: la portería, los circuitos de carreras de coches, el ring de boxeo... El deporte y el equipamiento deportivo ocupan un lugar importante en la mente del artista.

«Mi trabajo artístico gira en torno al deporte. Me interesa la estética, los códigos gráficos y el vocabulario. Disfruto explorando los límites entre abstracción y figuración ».

El arte de Valentin Guillon, graduado en la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas (ENSAD) donde el mismo jurado le felicitó y cuyas obras se exponen en la galería Florence de París, está de moda. No solo cuenta con cada vez más exposiciones, sino que está extendiendo su talento a través de otros medios más amplios, como murales que decoran las fachadas de edificios y complejos deportivos. Festivales y autoridades locales están encantados de encargar al artista la creación de curvas y formas llenas de tonos, vivos y pastel, para llenar los lugares de alma. Este sello inconfundible entre otras miles de obras de arte resulta ser todo un éxito.

El arte de Valentin Guillon, graduado en la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas (ENSAD) donde el mismo jurado le felicitó y cuyas obras se exponen en la galería Florence de París, está de moda. No solo cuenta con cada vez más exposiciones, sino que está extendiendo su talento a través de otros medios más amplios, como murales que decoran las fachadas de edificios y complejos deportivos. Festivales y autoridades locales están encantados de encargar al artista la creación de curvas y formas llenas de tonos, vivos y pastel, para llenar los lugares de alma. Este sello inconfundible entre otras miles de obras de arte resulta ser todo un éxito.

Longchamp y Valentin Guillon, un dúo evidente

Longchamp y Valentin Guillon, un dúo evidente

La marca ecuestre siempre ha mostrado especial devoción hacia las creaciones de artistas y artesanos. Esta vez, la curiosidad creativa de Longchamp nos llevó a llamar a la puerta del taller de Valentin Guillon, donde hemos encargado obras para decorar las boutiques de la Maison. Sophie Delafontaine, experta en encontrar diamantes en bruto a nivel artístico, describe el trabajo de Guillon como particularmente preciso y meticuloso, además del buen gusto por la artesanía que tiene el artista:

La marca ecuestre siempre ha mostrado especial devoción hacia las creaciones de artistas y artesanos. Esta vez, la curiosidad creativa de Longchamp nos llevó a llamar a la puerta del taller de Valentin Guillon, donde hemos encargado obras para decorar las boutiques de la Maison. Sophie Delafontaine, experta en encontrar diamantes en bruto a nivel artístico, describe el trabajo de Guillon como particularmente preciso y meticuloso, además del buen gusto por la artesanía que tiene el artista:

«Por un lado, Valentin Guillon cumple la noble función de un artesano. Como un ebanista, trabaja la madera, la lija y la corta antes de ponerse en los zapatos del artista creativo que diseña y pinta ».

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Todas sus creaciones tienen algo único, están llenas de energía. Son auténticas y dinámicas obras de arte.

La paleta de colores de Valentin Guillon parece no ser nunca la misma, mientras que la combinación de colores se va impregnando de matices californianos y mediterráneos. La obra del artista está en sincronía con los valores y la historia de Longchamp. Por un lado, las curvas que recuerdan el hipódromo del que toma su origen la marca y cuyas propiedades y variaciones explora Guillon. Por otro, la evolución y la fluidez intrínsecas del ADN de la marca.


Como una fuente de energía fuerte y positiva que circula sin pensar jamás que podría detenerse. La libertad de movimiento. Y por último, la autenticidad que caracteriza a Longchamp y a su artesanía, que se ve reflejada en las obras de este joven artista de sonrisa franca con un toque de sobriedad que ha comenzado a trazar su camino hacia el éxito.


La obra de Valentin Guillon se puede encontrar en la boutique de Estrasburgo, en el número 17 de la rue du Dôme.

Todas sus creaciones tienen algo único, están llenas de energía. Son auténticas y dinámicas obras de arte.

La paleta de colores de Valentin Guillon parece no ser nunca la misma, mientras que la combinación de colores se va impregnando de matices californianos y mediterráneos. La obra del artista está en sincronía con los valores y la historia de Longchamp. Por un lado, las curvas que recuerdan el hipódromo del que toma su origen la marca y cuyas propiedades y variaciones explora Guillon. Por otro, la evolución y la fluidez intrínsecas del ADN de la marca.


Como una fuente de energía fuerte y positiva que circula sin pensar jamás que podría detenerse. La libertad de movimiento. Y por último, la autenticidad que caracteriza a Longchamp y a su artesanía, que se ve reflejada en las obras de este joven artista de sonrisa franca con un toque de sobriedad que ha comenzado a trazar su camino hacia el éxito.


La obra de Valentin Guillon se puede encontrar en la boutique de Estrasburgo, en el número 17 de la rue du Dôme.

«Valentin es un artista capaz de crear emociones fuertes de la nada. Una nunca se cansa de contemplar sus creaciones ».


Sophie Delafontaine